Sentémonos cómodamente en nuestro sillón favorito.
Apaguemos la televisión.
Y pongámonos a leer…
“Cada cuento tiene un matiz propio, el cual sorprende al lector y lo atrapa en su lectura entretenida.
Este texto reinaugura una veta literaria por mucho tiempo no explorada. Bien por Guido, quien se sumerge de manera magistral y logra su cometido.
Ha nacido un ser de luz y un escritor que atraviesa múltiples umbrales…”
Los espíritus alados no podrían ayudar a Luukas, salvo con un acto mágico que también torciese una acción humana malvada
Y vagando por las calles de París, dirigió sus pasos al alma de Francia, a la catedral de Notre Dame
El barullo de las manifestaciones era ensordecedor, pero si ingresamos tras las mamparas de la puerta que da a la calle de una escondida casa centenaria…
La maldita bola, en el último instante, se había acomodado en el casillero vecino
Alá le enviaría un mensaje a través de un hombre sabio
La Muerte se apiadó de su inmenso sufrimiento y sólo por aquella única noche le devolvió a su amada
Una cuarentena total, sin ningún tipo de quebrantamiento, se hizo sobre el mundo entero
Cenaría en el jardín, como tanto tiempo esperó, con su familia…
El gato había leído unos cuentos de un tal Schiappacasse en la estantería. Mucho le fascinaron.
Vida, este planeta, no alberga. Seres, verdaderamente inteligentes, nunca existieron en este lugar.
Jacob y hasta el gusano en el interior de la manzana presentían algo extraño y maligno que se avecinaba
Ya no importaban los terribles recuerdos. La lógica de la razón lo había abandonado.
Pero el hombre sin un pijama decoroso fue feliz, pese a las calamitosas circunstancias
Y por fin, sólo cuando naufragué, encontré la paz eterna…
El caballero de ropaje oscuro era un ángel caído que había seguido a Lucifer
- Sergio Zapata Gilbert, 48 años
- Lihua Xie, 33 años
- Cristián Godoy Valenzuela, 48 años
- Karyna Toledo Vega, 38 años
- Raimundo Retamal Fuentes, 67 años
Este libro de narraciones sobre la vida, sus alegrías e infortunios. Pincelazos de codicia, lujuria y miedo. Muestras de sabiduría y misericordia. De artistas y sus tan demenciales como ingenuos sueños. De psiquiatras enloquecidos y sultanes de Oriente. De héroes e intervención de seres mágicos, intrigantes y sobrenaturales. Relatos sobre el amor, quizá, verdadero. Cantares sobre la vida de mi padre. Sobre los libros que escribió alguna vez y que aún esperan, ansiosos, la imprenta. Narraciones sobre habitantes de otros mundos, sobre el Purgatorio y el Infierno.
Mucho he de guardar. Demasiado he de olvidar.